Moorea se encuentra a 17 kms de Tahiti, y sus espectaculares bahias, bien valen la pena el viaje desde Papeete. Este paraíso es la típica estampa de isla de los Mares del Sur. Las cumbres volcánicas con una explosión de helechos de terciopelo verde, acariciadas por sutiles velos de cascadas, son reflejadas en las tranquilas aguas de la bahia de Cook y de Opunohu, semejando las mandíbulas de un emergiente tiburón. Las laderas de la montaña están cubiertas por plantaciones de piñas, y rodeadas de cristalinas lagunas delimitadas por arenas blancas. Sus sentidos se llenarán y renovarán su fe por la majestuosa naturaleza. Casas pintadas en colores pastel rodeadas de jardines de hibisco y aves del paraíso, den un paseo por la isla a través de sencillas aldeas habitadas por un pueblo alegre y encantador. En solo pocos días, se puede descubrir que Moorea es capaz de colmar a cualquiera con paz y felicidad y los que regresan opinan que la belleza de Moorea es inolvidable.
En Moorea se puede:
Snorkelear en sus tranquilas aguas libres de corrientes, visitar la Villa Tiki, una ambientación y recreación del pueblo Polinesio de antaño, en donde las costumbres y tradiciones son expuestas, recorrer sus caminos y probar las piñas más dulces del planeta, montar a caballo a lo largo y ancho de sus blancas playas disfrutando de atardeceres de ensueño, visitar las bellas bahias con espectaculares vistas panorámicas, hacer safaris de montaña en vehículos de doble tracción o cuatrimotos para parejas, navegar los aires en paracaidas, nadar con delfines juguetones, ?recorrer establecimientos comerciales de productos "Made in Moorea", explorar sitios arqueológicos escondidos en la selva, maravillarse con las panorámicas desde el mirador Belvedere, hacer senderismo por la jungla en busqueda de hermosas cascadas, hacer un crucero escénico por la laguna y nadar con las amistosas mantarrayas locales, disfrutar de masajes y tratamientos especializados en alguno de sus múltiples spas, etc.
